Fue construido en quince años como reza la cartela de la sala columnaria, donde se invita al buen comercio, desde 1483 a 1498, este lugar es único en todos los aspectos.
Debemos viajar a los tiempos de prosperidad del Reino de Valencia, finales del siglo XV. Por aquel entonces, la ciudad se enriqueció desarrollándose tanto demográfica como comercialmente gracias en parte a la seda, las transacciones mercantiles, el fortalecimiento de los gremios, el poder de la nobleza y la burguesía.
La ciudad por aquel entonces poseía unos 75.000 habitantes, lo que nos indica la importancia de la misma.
Etimológicamente la palabra lonja responde a la tipología de “loggia” italiana, edificio abierto por uno o más lados, sustentado por arcos o columnas. Las lonjas o logias de comercio eran lugares donde se reunían comerciantes, artesanos, banqueros para realizar sus menesteres sin sufrir las inclemencias del tiempo.
Anteriormente en la ciudad de Valencia, existía sobre 1341 una Llotja del Olí , en la plaza del Dr. Collado. Ante el crecimiento de la ciudad, los jurados decidieron comprar unos terrenos por 3.575 libras aproximadamente, y así es como nació la actual lonja.
El edificio se compone de tres cuerpos, dos de ellos la Torre y la Sala de Contratación constituyen propiamente la Lonja de los Mercaderes, el tercero construido sobre 1506 es el Pabellón del Consulado del Mar.