Sin embargo, al bajar a la cripta nos encontramos con un quinto féretro: el del príncipe Miguel de Portugal. Nieto de los Reyes Católicos (la madre era su hija Isabel) e hijo del rey Manuel de Portugal, se convierte en la esperanza de la reina Isabel la Católica tras la muerte de su hijo Juan y de su propia madre. 

Desgraciadamente, Miguel de la Paz muere antes de cumplir los dos años. Pero de haber llegado a la edad adulta, su destino era heredar las coronas de Castilla y Aragón de sus abuelos; y la de Portugal de su propio padre. Tal vez se hubiera producido una gran unión ibérica y se hubieran unificado las dos potencias marítimas más importantes de su época. 

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Autor: Daniel Aguilera