El Colegio del Arte Mayor de la Seda tuvo uno de sus momentos más importantes y de máximo esplendor en el siglo XVIII, durante el reinado de los Borbones. Más de la mitad de la población vivía directa o indirectamente de la seda, existiendo una gran concentración de producción sedera que contaba con más de 2000 telares.
Decadencia
El siglo XIX supuso el fin del cultivo de las moreras y de la industria de la seda como base de la economía valenciana. La producción era nula y la seda que llegaba a los telares era de mala calidad. La crisis provocó malas condiciones laborales, paro y muchas pérdidas económicas que acabaron provocando la ruina del sector. En este contexto, se produjeron dos sucesos significativos; por un lado la epidemia de la pebrina y por el otro el llamado Motín de Velluters (21 de enero de 1856) como protesta por la mala situación laboral. Este motín es considerado como la primera huelga realizada en la ciudad.
Siglo XX y actualidad
A partir del siglo XX, se fue abandonando progresivamente la plantación de moreras y la elaboración de seda hasta que su producción se convirtió en residual. La última cosecha de moreras autóctona se produjo en 1975. Aún así, hoy en día se confeccionan y exportan tejidos de seda, pero los hilos que llegan son de importación, normalmente de Asia.
Sin embargo, aún nos quedan vestigios de la cultura y tradición sedera en las vestimentas de las fiestas regionales, como las fallas, con sus tradicionales tiendas y empresas. También en la crianza de los gusanos de seda que los niños valencianos realizan anualmente en sus pequeñas cajas de zapatos de cartón.
Sabemos que la seda sigue viva en nuestra cultura y por ello la ciudad es parada principal en la Ruta de la Seda.
Ven a Valencia y descubre la importancia de la Seda.
Autor: Carlos Villanueva López
Licenciado en Historia del Arte ( Universitat de València)
Guía oficial de la Comunidad Valenciana 799